Retrocedo
para recordar lo que pasó día a día, no porque haya retrocedido la audición,
eh??? No te asustes. Va
entonces un rejunte, un poco extenso para ponernos a tono con el fin de semana largo.
El día 9 después
de rebeldía post-siesta, digo rebeldía porque no me quería poner el implante por segunda vez en el día (me lo saco para dormir, si). No me lo quise poner y eso me duró unasssss 3 horitas de silencio en oído derecho. En fin, después de esa rebeldía, decidí escuchar música sólo con el implante.
Después de escuchar días anteriores a
Silvio (que tanto me gusta), y salir espantada por su voz… hizo que me cueste un
poco probar de escuchar a otros. Pero ahí estuvimos: primero puse Gotye, todos
los temas reconocidos. Luego hice
popurrí, y ahí estuvo más difícil, pero gran parte de los temas pude
reconocerlos pasados unos segundos. Como
todo, con simulador de voces… el ritmo sí, lo siento igual, pero hay “cosas
nuevas”, por eso sigue siendo extraño… tendré que redescubrir a mis favoritos??
Seguirán siendo mis favoritos??.
Después
hice unas escalas en el piano (que tomé coraje, dirán!), y wooow qué lindo se
escuchan los agudos!!. Y ahora me cuesta
más diferenciar los graves, cuál estaba más arriba o más abajo (sólo para
músicos: no me vengas con una 4ta justa, que no te la cazo, sea en la octava
que sea).
El Jueves,
día 10, tocó Fonoaudióloga, Calibración y Psicóloga de la fundación. Empezamos con la fono. Pruebas con las vocales. Patricia me las presenta: aaaaaa eeeeeeee
iiii ooooo uuuuuu. Me doy cuenta que no
noto mucho la diferencia entra la iii y la uuuuu. Después de la presentación, toca que yo las
repita sin mirarle la boca. 100% de
aciertos, yeah!.
Segunda
prueba: letras M, Y y S. Mmmm (esa es fácil), Ssssssss, Yyyyyyy (no como la
iiiiiiiiii, sino como shhhhhhh, pero de Y, se entiende?). Así que la diferencia en sssss y yyyy estaba
más difícil. A ver, otra vez? Sssss
yyyyyyyy, otra vez? Yyyyyyy ssssssss, ok, ya lo tengo. Probamos sin mirarla, creo que 100% otra
vez. Bieeeeeen.
Tercera
prueba: en una hoja me muestra un listado de palabras, un renglón: pala y
palo. Otro renglón: Masa, Mesa (no
recuerdo si eran exactamente esas palabras, pero la cosa estaba en la
diferencia de las vocales). Por cada
renglón tenía que decir una de las dos que entendía. Ahí un 95% de aciertos.
Cuarta y
última: lo mismo que la anterior, pero 4 palabras, y esta vez también había
diferencia de consonantes. 88%. Nada mal!.
Cabe
destacar que antes de operarme me han hecho estas mismas pruebas con el
audífono, en las que………. no pegaba una, si pegaba era por adivinaar (si, era
más bien un juego de adivinanzas). Así
que… creo esta primer prueba ha ido muy bien.
Después
tocaba la calibración, en la que más que subir, bajamos agudos. La idea no es que los platitos con sus
aguditos toques me resuenen en la cabeza al punto de aturdir. Así que bajamos un poco los agudos, y los
graves casi los dejamos igual. Patricia
me dice que en momentos que haya muuuuuchos ruidos (como la ciudad porteña) más
vale baje el volumen… pero hasta ahora no lo necesité, está a un volumen bien
soportable, y me gusta ir descubriendo los distintos planos. Cuando salgo a la
calle chau audi, hola opus y aaacá van mis pasos, aaaaacá otra vez el pipipip
de autos saliendo de la cochera, fshshhh de las puertas del colectivo y…
piiiiip del timbre del colectivo (ese jamás lo había distinguido, era más bien
toco y ojalá suene… y ojalá pare).
Bueno,
después tocó la psico, Carolina, una linda charla, que los ruidos no son
siempre agradables, más bien invasivos (y claro… el audífono me los colorea,
mundo de rosas diríamos). Le comenté de
mis ánimos cambiantes, que casi siempre que me despierto no me lo quiero poner,
pero me lo pongo igual, así es, no es tan fácil como parece. Pero es normal, sólo pasó una semana. Que entran todos los sonidos, sólo que yo no
los puedo identificar o darme cuenta que están ahí, por eso resulta agotador a
veces (como ese día que me dolía la cabeza y necesité dormir y dormir). Y otras cositas más como lo que he escrito
aquí.
Fin de
fundación por el día. Me fui contenta y
tranquila. Próxima calibración: 8 de
noviembre.
A la tarde
de ese mismo día, me tocaba terapia, pero esta vez de la de todas las
semanas. Toco su portero, en una calle
transitada en la que siempre esperaba que no pasara ningún autttiiito que
ahogara su voz de “hola?” “bajo!”. Pero
siempre algún vehículo pasaba, por lo que bien yo siempre bien pegadita al
portero. Los vehículos pasaban igual (hay más autos ahora en la ciudad) pero el hola
se escuchó perfectamente, con fuerza y bien presente, gracias a los 3D del
implante y déjenme decirlo otra vez: ¡y eso que pasaban autoooos!. La sonrisa de oreja a oreja, eso sí que me
gustó!. Y bueno, lo que hablé en terapia
es solo mío, no esperen que les cuente, jiji.
Ayer, día
11. Otra vez en la calle, con implante
solito. Empiezo a notar que varios ruidos ya suenan como los conocía, el ruido
del tren andando, las puertas, el ruido en las vías lisitas, o en las vías
quetrenquetrenquetren. Me parece que la
cabeza empieza a amoldarse. Caminando a
lo de mi mamá, donde hay callecitas de tierra, muchos árboles, y muchos
pajaritos… escuché los pajaritoooos!!! Y los ruidos de mis zapatillas en las
piedritas y tierra.
Anoche
probamos con Silvi que me tire unas palabras. 10%.
“Hola” -pelo?-, no. “Hola” -pelo?-, no. -A ver, decime pelo- “Pelo”
-aaaaaaah-. “Pelo” -pelo-. “Hola” -hola-.
“Hola” -pelo?- no. Jajaja. No hubo caso, por más que dos las pegué, siempre estuve convencida de
que era pelo. Mecacho diria Mafalda, mejor dejémoslo ahí.
Dia 12. De
viaje. Debo decir que en los viajes,
SIEMPRE el ruido del auto en la ruta taparon la música, podíamos poner al
maannnnnngo la música, (pobre Silvi), y ahí podía entenderla mejor. Como siempre, ante mucho ruido, sea lo que
sea todo era? (a ver si adivinan?) el mismo bullicio. Hoy, con sólo el implante, escucho primero la
musiquita, y atrás el ruido de la ruta.
Si, la música sigue con algo de simulador, pero Silvio ya no me resulta
tan insoportable. Bien!.
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